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Buda de piedra

Un comerciante que llevaba cincuenta rollos de algodón sobre sus hombros paró a descansar en un caluroso dia bajo un techado. Sobre el se encontraba una gran estatua de un Buddha. Allí se quedó dormido, y cuando despertó habían desaparecido sus mercancias. Inmediatamente informó a la policia.

Un juez llamado O-oka inició una investigación.
-Ese Buddha de piedra debe de haberte robado tus mercancias – concluyó el juez. Se supone que debe de velar por el bienestar de la gente, pero no ha cumplido su sagrada tarea. Arréstenlo.

La policia arrestó al Buddha de piedra y lo llevaron a juicio. Un numeroso grupo de curiosos siguió a la policia y al Buddha de piedra para conocer que sentencia le impondría el juez.

Cuando O-oka subió a su estrado, gritó encolerizado a la multitud:
– ¿Pero qué derecho teneis para entrar a unos tribunales riendo y haciendo burla de esta manera? Habeis interrumpido un juicio, y por lo tanto sereis multados y puede que arrestados.

La gente se disculpó discretamente.

– Entonces debo imponeros una sanción – dijo el juez – pero la anularé en caso de que traéis aquí un rollo de algodón cada uno. El que no lo haga antes de tres dias, sera arrestado.

No le costó al comerciante reconocer uno de los rollos como suyo, y de esta manera pudieron arrestar al ladrón. El mercader recuperó su mercancia, y el juez devolvió a los ciudadanos las suyas.

Fuente: Internet, autor desconocido