Un hombre de horible fealdad atravesó a pie el desierto.
Vio algo que brillaba en la arena. Era un trozo de espejo.
El hombre se agachó, cogió el objeto y lo miró.
Nunca antes, a lo largo de su vida, había visto un espejo.
¡Qué horor! -exclamó- ¡No me extraña que lo han tirado!
Tiró el espejo y prosiguió su camino.
¡muy bueno!
estupendo,si señor¡¡¡¡