Mulla Nasrudin inició un viaje hacia tierras lejanas, motivo por el cual se consiguió una cimitarra y una lanza. En el camino, un bandido cuya única arma era un bastón, se le hecho encima y lo despojó de sus pertenencias.
Cuando llegó a la ciudad mas próxima, el Mulla contó su desgracia a sus amigos, quienes le preguntaron como había sucedido que él, estando armado con una cimitarra y una lanza, no hubiera podido dominar a un ladrón armado con un modesto bastón.
El replicó:
– El problema fue precisamente que yo tenía las dos manos ocupadas.
– Una con la cimitarra y la otra con la lanza.
– ¿Como creen ustedes que hubiera podido salir airoso?
Maestro: ¿de qué sirve tener un conocimiento si no sabemos aplicarlo a la realidad?
Fuente: tradicional Sufi