Por un sinuoso camino y a gran velocidad, un hombre borracho conducía su carro. De repente, perdió el control del carro, se salió del trayecto y se precipitó contra una charca pestilente. Varias personas, al ver el accidente, corrieron al lugar y ayudaron a incorporarse al conductor.
No podía ocultar su borrachera y, entonces, uno de sus auxiliadores le dijo:
– Pero, ¿es que no ha leído usted el célebre tratado de Naraín Gupta extendiéndose sobre los efectos perjudiciales del alcohol?
Y el ebrio conductor, sin dejar de hipar, tartamudeó:
– Yo soy Naraín Gupta.
El Maestro: así procede el falso gurú.
Fuente: autor desconocido
este cuento nos da a entender que el hombre que predica o que quiere ser guiador o tutor de un movimiento social o político tiene que actuar de acuerdo a sus palabras sino seria como en la actualidad la doble moral.