Un arrogante asceta se acercó hasta Buda para decirle:
– Señor, durante años me he ejercitado en todo tipo de austeridades, ayunos, penitencias y automortificaciones, y por fin he conseguido caminar sobre las aguas.
Y Buda le miró unos instante y luego despegó los labios para decir:
– Amigo mío, ¡qué lástima de tiempo perdido habiendo barcas!
Maestro: aplica tus esfuerzos a la liberación de las trabas de la mente y no te extravíes en el labirinto de los poderes psíquicos.