EL JUEGO DEL AHORA, neurociencia y el aprendizaje a través del juego. Cartas de yoga y pausa, juegos de atención, regulación emocional, preguntas de autoconocimiento. PARA NIÑOS DE 9 A 99 AÑOS

Se hallaba el Buda en el bosque de Jeta cuando llegaron un buen número de ascetas de diferentes escuelas metafísicas y tendencias filosóficas.

Ascetas

Algunos sostenían que el mundo es eterno, y otros, que no lo es; unos que el mundo es finito, y otros, infinito; unos que el cuerpo y el alma son lo mismo, y otros, que son diferentes; unos, que el Buda tiene existencia tras la muerte, y otros, que no. Y así cada uno sostenía sus puntos de vista, entregándose a prolongadas polémicas.

Todo ello fue oído por un grupo de monjes del Buda, que relataron luego el incidente al maestro y le pidieron aclaración. El Buda les pidió que se sentaran tranquilamente a su lado, y habló así:

– Monjes, esos disidentes son ciegos que no ven.
– Que desconocen tanto la verdad como la no verdad ..
– tanto lo real como lo no real.
– Ignorantes, polemizan y se enzarzan como me habéis relatado.

Ahora os contaré un suceso de los tiempos antiguos.

Había un maharajá que mandó reunir a todos los ciegos que había en Sabathi y pidió que los pusieran ante un elefante y que contasen, al ir tocando al elefante, qué les parecía.

Unos dijeron, tras tocar la cabeza:
– Un elefante se parece a un cacharro

Los que tocaron la oreja, aseguraron:
– Se parece a un cesto de aventar

Los que tocaron el colmillo:
– Es como una reja de arado.

Los que palparon el cuerpo:
– Es un granero.

Y así, cada uno convencido de lo que declaraba, comenzaron a querellarse entre ellos.

El Buda hizo una pausa y rompió el silencio para concluir:
– Monjes, así son esos ascetas disidentes: ciegos, desconocedores de la verdad, que, sin embargo, sostienen sus creencias.

Maestro: la visión parcial entraña más desconocimiento que conocimiento.

Fuente: 101 cuentos clásicos de la India – Ramiro A. Calle