Unos niños jugaban en una playa con unas gaviotas.
Las aves venían sin ningun temor a posarse en los brazos de los chiquillos, que bailaban con ellas.
Cuando regresaron a sus casas, por la noche, su padre les dijo:
– Me he enterado de que habéis estado jugando con las gaviotas.
– Coged algunas mañana para que también yo pueda jugar con ellas.
Cuando al día siguiente los niños se dirigieron a la orilla del agua, ninguna gaviota vino a volar cerca de ellos. Se quedaron lejos, planeando por los aires.
Maestro: los pájaros presintieron que querían apresarlos. Algunas cosas son a veces maravillosas, pero cuando uno quiere hacerlas suyas, pierden toda su magia, ya no nos pertenecen.
cuanta razón tiene el maestro!!!! precioso cuento.
los maestros hablan, abre tu corazón y escuchalos!!!
!Que buen cuento¡
Las gaviotas son muy lindas
Ojalá yo fuera una gran gaviota