Un padre deseaba para sus dos hijos la mejor formación mística posible.
Por ese motivo, los envió a adiestrarse espiritualmente con un reputado maestro de la filosofía vedanta.
Después de un año, los hijos regresaron al hogar paterno. El padre preguntó a uno de ellos sobre el Brahmán, y el hijo se extendió sobre la Deidad haciendo todo tipo de ilustradas referencias a las escrituras, textos filosóficos y enseñanzas metafísicas.
Después, el padre preguntó sobre el Brahmán al otro hijo, y éste se limitó a guardar silencio.
Entonces el padre, dirigiéndose a este último, declaró:
– Hijo, tú sí que sabes realmente lo que es el Brahmán.
Maestro: la palabra es limitada y no puede nombrar lo innombrable.
así es que se ha perdido el norte, ya no se valora el silencio, la paciencia, el respeto, la armonía, estas se confunden con la indiferencia, ahora impera el grito los aspavientos, las palabras fuera de tono y soeces, cuanto mas mejor, la nueva cultura del entendimiento, vamos mejor aun, enterramiento de toda relación.
A mì cada vez me cuesta màs encontrar silencio y calma en la vida. Dentro de casa es imposible…..y fuera me sonrio al ver como la gente me mira o por estar sentada con un libro sola en un parque o cerca del mar….El silencio y la soledad son muy necesarios y mucha gente lo necesita para estar mejor….y no quieren darse cuenta.
Gracias por compartir Reyes y Loren :-)