Una vez, había un ciego sentado en un parque, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía:
– Por favor ayúdeme, soy ciego.
Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había sido él quien re-escribió su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí.
El publicista le contestó:
– Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras.
Sonrió y siguió su camino. El ciego se enteró unas horas después lo que su nuevo cartel decía:
– Estamos en primavera, y … yo no puedo verla.
Maestro: cambiemos de estrategia cuando algo no nos sale, utiliza las palabras inteligentemente.
Fuente: autor desconocido
muy bueno, me gusto
Con muy pocas palabras dice mucho
Precioso. Acabo de descubrir tu blog y ha sido un buen descubrimiento. Se puede seguir desde blogger? que no me aparece el link…
Enhorabuena, me pasaré a menudo =)
Un saludo desde Finlandia
Gracias por tus palabras Nuki! El blog está hecho en wordpress … no tiene conexión alguna con blogger. Será un placer verte aquí regularmente :-) Saludo Joost