Existe una anécdota sobre Leonardo Da Vinci acerca de su pintura «La ultima Cena», una de sus obras más copiadas y vendidas en la actualidad.
Tardó 20 años en hacerla debido a que era muy exigente al buscar a las personas que servirían de modelos.
Tuvo problemas en iniciar la pintura porque no encontraba al modelo para representar a Jesús, quien tenía que reflejar en su rostro pureza, nobleza y los más bellos sentimientos. Así mismo debía poseer una extraordinaria belleza varonil. Por fin, encontró a un joven con esas características, fue el primero que pintó.
Después fue localizando a los 11 apóstoles, a quienes pintó juntos, dejando pendiente a Judas Iscariote, pues no daba con el modelo adecuado. Este debía ser una persona de edad madura y mostrar en el rostro las huellas de la traición y la avaricia. Por lo que el cuadro quedó inconcluso por largo tiempo, hasta que le hablaron de un terrible criminal que habían apresado.
Fue a verlo y era exactamente el Judas que el quería para terminar su obra, por lo que solicitó al alcalde le permitiera al reo que posara para él. El alcalde conociendo la fama del maestro Da Vinci, aceptó gustoso y llevaron al reo custodiado por 2 guardias y encadenado al estudio del pintor. Durante todo el tiempo el reo no dio muestra de emoción alguna de que había sido elegido para modelo, mostrándose callado y distante. Al final, Da Vinci, satisfecho del resultado, llamó al reo y le mostró la obra. Cuando el reo la vio, sumamente impresionado, cayó de rodillas llorando.
Da Vinci, extrañado, le preguntó el por que de su actitud, a lo que el preso respondió:
– ¿Maestro Da Vinci, es que acaso no me recuerda?
Da Vinci observándolo le contesta:
– No, nunca antes lo había visto.
Llorando el reo le dijo:
– Maestro, yo soy aquel joven que hace 19 años usted escogió para representar a Jesús en este mismo cuadro.
Maestro: la sombra y la luz está presente en cada uno de nosotros. Somos nosotros quienes elegimos quién nos guia.
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La historia es genial, de película, pero teniendo en cuenta que Leonardo era un fisonomista avezadísimo resulta extraño, improbable, que no se diera cuenta de que ya lo había pintado, por mucho que pasaran 19 años. ¿Hay algún documento de la época que prueba la veracidad de este cuento?
Considero que es una de las historias más bellas que he leído pero, lastimosamente en 1495 se edificó tal obra de arte y en 1497 se concluyó, posterior a ello se fue desvaneciendo haciendo que se deteriore rápidamente por lo que tuvo varios arreglos.
Realmente hubiese sido genial que fuese cierto, excelente historia.
La historia es genial, de película, pero teniendo en cuenta que Leonardo era un fisonomista avezadísimo resulta extraño, improbable, que no se diera cuenta de que ya lo había pintado, por mucho que pasaran 19 años. ¿Hay algún documento de la época que prueba la veracidad de este cuento?
me parece bien dicho