Cuento Sufi del libro «El buscador de la verdad» de Idries Shah.
Alquien le dijo a un Sufi:
– Enséñame a rezar.
El Sufi dijo:
– No sólo estás ya rezando, sino que una parte de tu mensaje está constantamente ocupada en la oración.
El hombre respondió:
– No te comprendo, porque he sido incapaz de rezarle a Dios durante muchos meses, por una razón u otra.
El Sufi le dijo:
– Tú dijiste: “Enséñame a rezar”, no mencionaste a Dios
La oración en la que has estado ocupado durante todo este tiempo es oración hacia tus vecinos, porque constantamente te preocupa lo que puedan pensar de ti. Es oración permanente a un ídolo de dinero, porque eso es lo que quieres. Es también una oración hacia una imagen de seguridad y otra de abundancia. Cuando tienes tantos dioses y tanta oración como una parte permanente de tu ser, ¿acaso es sorprendiente que no haya sitio para otra clase de oración?
Fotografía Flickr «Cielo en Marrakech»: zilverbat
Claro ,no se puede servir a dos señores,si uno esta demasiado ocupado en las cosas materiales,no tiene ni tiempo ni espacio para dedicarle a Dios ,es por eso que lo sentimos tan lejano ,no porque El se aleje ,sino porque nosotros lo abandonamos
DEBEMOS sincerarnos,ser correctos y respetuosos
el libro de Genesis nos da a entender como empezo la creacion de donde vinimos.
como fuimos formados ese aire de aliento nos da vida para dedicarsela a nuestro padre
por que el es bueno por su inmenso amor a todos sus hijos ,orar orar sin sesar yo digo asi:padre nuestro tu que estas ,con los que aman -la verdad has que el reino que por ti se dio
regrese ya a nuestros corazones ho señor y ven con nosotros