Cuento de Gibrán Jalil Gibrán.
Cierto día, dos hombres que se encontraron en la ruta caminaban junto hacia Salamis, la Ciudad de las Columnas. Al mediodía llegaron hasta un ancho río sin puente para cruzarlo. Debían nadar o buscar alguna otra ruta que desconocían.
Y se dijeron: «Nademos. Después de todo el río no es tan ancho». Y se zambulleron y nadaron.
Y uno de los hombres, el que siempre supo de ríos y rutas de ríos, de pronto, en el medio de la corriente, comenzó a perderse y a ser arrastrado por las impetuosas aguas; mientras, el otro, que nunca antes había nadado, cruzó el río en línea recta y se detuvo sobre un banco. Entonces, viendo a su compañero luchando aún con la corriente, se arrojó otra vez al agua y lo trajo a salvo hasta la orilla.
Y el hombre que había sido arrastrado por la corriente dijo:
– ¿No habías dicho que no podías nadar?
– ¿Cómo es que cruzaste el río con tanta seguridad?
– Amigo -explicó el segundo hombre-, ¿ves este cinturón que me ciñe? Está lleno de monedas de oro que gané para mi esposa y mis hijos, todo un año de trabajo. Es el peso de este cinturón el que me condujo a través del río, hacia mi esposa y mis hijos. Y mi esposa y mis hijos estaban sobre mis hombros mientras yo nadaba.
Y los dos hombres continuaron su camino juntos hacia Salamis.
Fotografía Flickr «Monedas de oro»: Diane Cordell
Buen cuento para estos tiempos de irresponsabilidad. Gracias!
Hola Julia! Gracias por acompañarnos y por participar en el blog. Saludo
Gracias una vez más Sloyu.
Hermoso cuento, como todo lo escrito por Gibrán.
La fuerza y el poder del amor hace que todo sea posible. Nada te detiene, ni el peso del cinturón lleno de monedas y la familia en los hombros, es que esos seres a los que ama y desea ver, luego de un año de trabajo son su objetivo y en él fijó su mente y su espíritu y no en las circunstancias.
Cuando se vive para amar y servir a los demás, se expande el corazón y no hay imposibles.
Que el Amor sea nuestra guía en este año nuevo.
Abrazo a todos.
Y gracias a ti, Nancy, para acompañarnos :-) …aunque esta vez no ha sido Sloyu que publicó el cuento, sino contarcuentos … en todo caso somos de la misma familia ;-) Saludooooo
Es muy bueno este cuento, cuando tienes una meta ,cuando te mueve un fin muy grande ,no hay contrariedad que pueda detenerte ,tus fuerzas se multiplican y ya no te parece tan peligrosa la dificultad que te pueda salir al cruce en tu camino ,se te antoja que nada puede detenerte y entonces ,nada te detiene
:- )