EL JUEGO DEL AHORA, neurociencia y el aprendizaje a través del juego. Cartas de yoga y pausa, juegos de atención, regulación emocional, preguntas de autoconocimiento. PARA NIÑOS DE 9 A 99 AÑOS

Tuve que irme. No lo entendiste, porque ni siquiera eras capaz de ver donde estaba el problema. Seguías atrapado en aquella vorágine sin sentido y, según parece, complacido de estarlo.

Reloj

Aquello que un día fue puro deleite, el tiempo sin prisas, el tiempo de cubrirnos de caricias interminables y de amarnos durante horas acabó contaminándose, como todo lo demás. Fue engullido por el diabólico tiempo.

Comprábamos deprisa, cocinábamos deprisa, nos duchábamos deprisa, con los ojos puestos siempre en la esfera del maldito reloj.

Acabamos por amarnos deprisa, y finalmente por no hacerlo.

Recordé de pronto como habían sido las cosas. Un recuerdo lejano y desdibujado, me devolvió aquella imagen del pasado, como una vieja fotografía que ha perdido los colores. Suficiente para saber que era así cómo quería que volviesen a ser.

Dijiste que era una soñadora, una ingenua, que había perdido la cordura. No entendiste nada cuando te expliqué por qué estaba convencida de que en realidad la acababa de recuperar.

Te rogué que pensaras en ello, que me acompañaras, pero no querías renunciar a nada de todo aquello que te parecía tan importante como para entregarle tus días y tus noches.

No lo sabes aún, no quieres saberlo, pero en realidad te están robando la vida. Peor aún, tú se la estás regalando.

Podría haberme quedado contigo, es verdad, pero no pude hacerlo. Antes de irme, me solté el reloj de la muñeca y lo dejé sobre la cama.

Escrito por Toya Llabata para el ConcurSlow Microrrelatos organizado por Sloyu y Contarcuentos
Fotografía Flick: «Reloj»: _Andoni

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