El tesoro de la sombra
Estaba en un desierto.
Miró a la derecha y un árbol surgió a su izquierda.
Giró la cabeza hacia la izquierda; el árbol desapareció para crecer a su derecha.
Ojeó hacia atrás, el árbol apareció delante.
Atisbó hacia delante, el árbol brotó atrás.
Cerró los ojos para ver si lo llevaba dentro.
Se convirtió en ese árbol.
Microcuento de Alejandro Jodorowsky
Fotografía Flickr «Arbol de Piedra»: Pedro Szekely
Tal ves a los seres humanos, no nos gusta nuestra sombra, así lo vemos, con referencia a la parábola de la que acabo de leer, creemos estar solos, pero siempre nos traiciona nuestra sombra, y por desgracia ella se encarga de decir lo que nosotros callamos, aceptarla es una señal de haber aprendido algo, de nuestros duros golpes, vividos en el transcurso de la vida de cada ser humano y es que nuestro cuerpo es capaz de decirlos lo equivocados que estamos de diferentes formas, pero lo graves es que a veces nos dice demasiado tarde. porque vivimos ignorandola.