El Maestro siempre permitía que cada cual creciera a su propio ritmo. Que se sepa, nunca pretendió «presionar» a nadie. Y él mismo lo explicaba con la siguiente parábola.
Una vez, al observar un hombre como una mariposa
luchaba por salir de su capullo, con demasiada lentitud
para su gusto, trató de ayudarla soplando delicadamente.
Y en efecto, el calor de su aliento sirvió para acelerar el proceso.
Pero lo que salió del capullo no fue una mariposa,
sino una criatura con las alas destrozadas.
Cuando se trata de crecer, concluyó el Maestro, no se puede acelerar el proceso, porque lo único que puede conseguirse es abortarlo.
Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello
Los cuentos de tony de mello son maravillosos, desde que empece a leer sus historias me impresiono su sencillez y alegría contenida en cada uno de ellos. Sus cuentos contenían una forma mística de revelar tu realidad ante tus ojos.
Hola Nestor … si Anthony Mello capta la esencia con las palabras justas … gracias por compartir. Abrazo
Lo malo es que hay mariposas que todavía no les han salido las alas y ya han puesto huevos.
Mmmm … está claro que hay de todo en este mundo donde abunda la impaciencia. Abrazo Tandro
Muchas gracias. Era claro que el crecimiento en ritmo natural no conviene sea alterado. Distinto es el logro de resultados y aprendizaje en contexto social… no tiene ritmo predefinido