Yu-Kenj fue a visitar a su maestro zen, Yato Umn.
El maestro lo invitó a pasar y le ofreció un cuenco con arroz.
Yu-Kenj aprovechando la ocasión preguntó con tono solemne:
— Sensei, cuál es el mejor método para alcanzar el nirvana.
El maestro disfrutando de su cuenco de arroz contestó sin turbarse:
— No dejes que tu arroz se enfríe.
Cuento aportado por Víctor H. Orduña “Shamir”