El poder ensucia

El Emperador le dijo a Kyoyu: – Eres un gran hombre, he decidido que te voy a regalar mi imperio. – ¿Lo aceptas? Pero Kyoyu en vez de alegrarse, se enfadó mucho y dijo: – ¡Tus palabras han ensuciado mis oídos! .. y se fue a un río cercano y se lavó...