Todos somos Dios

Cierto día, iba paseando por una calle cuando de repente vi a una niño hambriento, sucio y tiritando de frío dentro de sus harapos. Me encolericé y le dije a Dios: – ¿Por qué permites estas cosas? – ¿Por qué no haces nada para ayudar a esa pobre niño?...